martes, 7 de octubre de 2008


Cuando se muere por amor

"Esta celebración del 12 de octubre no fue como la de todos los años. Se tiñó de tristeza cuando el domingo 14 murió la doctora Elina Fernández de Viale, y cuatro días después lo hizo su esposo, el doctor Alfredo Viale, dos médicos amados por la comunidad de Villa Gesell. Eran personas maravillosas, cultas, sabias, cálidas, que vivieron para sus pacientes, amigos y familia. ¿Quién dice que no se muere por amor?"
Fabiana Del Pozo.
(Correo de Lectores Diario Clarín - Miércoles 14 de noviembre del 2007)


Con esta carta que enviara una amiga al Diario Clarín, queremos comenzar este recuerdo en el aniversario de la partida de nuestros padres a la Casa del Gran Tata…
Si nos remontamos a un año atrás, a la altura que hoy estamos escribiendo estas líneas, ellos se encontraban con nosotros…

…y parece que fuera ayer cuando papá se operó para “prevenir” problemas de próstata y ese mismo día Kuky llamara para decir que mamá estaba anémica. Parece que fuera ayer que nos enteramos de la enfermedad que ella tenía y se encomendara a Dios y a la Virgen. Parece que fuera ayer que nuestro padre se jubilaba como médico para poder disfrutar su retiro junto a nuestra madre. Los mismos que ayudaron a dar vida a tantos geselinos, y siempre tenían una palabra para las madres. Alfredo, conocedor de múltiples temas, amante de la opera, la historia, y de la buena cocina. Elina siempre activa con ganas de aprender, su vocación por la docencia, sus tejidos y manualidades; y en los últimos años la dedicación para con sus abuelos. Siempre cuando venia alguien a visitarnos, le abrían la puerta, preparaban la casa y le brindaban una rica comida. Este año cumplían 35 años de matrimonio. Siempre unidos. Parece que sucedió ayer cuando Walter, nuestro Diacono y amigo, les traía, todos los domingos, la Eucaristía a casa y compartíamos la Palabra de Dios. Parece que fue ayer cuando papá se enteró que tenía cáncer de páncreas y de próstata, más allá de la operación preventiva. Parece que fue ayer el momento en que la ambulancia viniera a buscar de urgencia a mamá para ser internada en terapia en el Hospital de Villa Gesell y luego trasladada a Mar del Plata. Parece ayer que mamá se puso muy contenta porque Alejandro volvía al escenario de la Fiesta de la Raza. Ella rezó, hasta su último momento de conciencia, el Santo Rosario a la Virgen para que intercediera por su salud y por la familia. Parece que fue ayer que le daban el alta a mamá en Mar del Plata y luego de medio día en casa volvió a la terapia intensiva en Pinamar. Parece que fue ayer ese día nos visitaran amigos que hace mucho que no veíamos… Parece que fue ayer que cuando rezamos con ella todos los que estábamos en la clínica, y al decir Amén, al final de la oración, ella partió. Parece que fue ayer cuando hermanos de distintos credos vinieron a acompañarnos, que una prima de Mendoza estuvo un día viajando para poder despedir a mamá en nombre de toda la familia cuyana. Parece que fue ayer que nos instalábamos en Mar del Plata para que papá comenzará la terapia de rayos, acompañado por su hermano quien también había sido diagnosticado por la misma enfermedad. Parece que fue ayer que se levantó descompuesto y la ambulancia tardó lo que dijo que iba a tardar: “Una hora o menos”. Parece que fue ayer que él murió de amor. Parece que fue ayer que pasamos por la puerta del hospital y salieron a despedirlos: Ambos y guardapolvos de todos los colores, compañeros de trabajo, colegas y amigos con quienes compartieron guardias, charlas y cirugías.

Alfredo nunca dejo de preocuparse del bienestar de Elina... y que nosotros no caigamos... además, ellos en este tiempo lograron prepararnos. Sabemos que como hijos hicimos todo lo que pudimos, pero queremos agradecer a los "silenciosos" que se acercaron para ayudarnos como familia, a quienes llamamos sus “Ángeles Guardianes”. La familia de lejos, siempre nos apoyó y se preocupaban en todo momento. Vamos por la calle, y nos dicen cosas hermosas de nuestros padres. Somos "las semillas" que ellos "dejaron es este suelo geselino" para continuar con su vocación de servicio. Es tanto lo que quisiéramos contarles, pero agradecemos, ya que no caímos por la ayuda de cada uno de ustedes. Nos sorprende ver la "ultima foto de ellos en el cumpleaños de mamá" en muchas casas, la municipalidad, organizaciones, centro de jubilados, comercios, entre otros. Nos paran en la calle, y aun no creen lo que nos ocurrió como familia. Ellos no se fueron, son recordados por los geselinos. Nos ponemos "colorados" cuando nos cuentan el trabajo desinteresado de ellos para ustedes sin esperar nada a cambio. Eran "médicos del pueblo", que siempre tenían oído y palabras para guiar, no solo a los hijos, sino a muchas personas que se acercaba al consultorio. Los veían en el hospital, en la calle, en el café y en las instituciones en donde fueron participantes activos. Junto a otros médicos como Castillo, Gruzka, entre otros, dejaron una "huella" para seguir. Como hijos nos proponemos "tomar la posta" y seguir ayudando. Nos recuerdan que no desaparecieron. Cada vez que pasamos por muchos lugares de Villa Gesell, en ellos algo hicieron. Y nos alegra cuando nos dicen "no saben los padres que tuvieron, eran un ejemplo de familia y de médicos".

El jueves 16 de Octubre a las 17:30 se oficiará la Santa Misa en su memoria en el Templo Parroquial de la Inmaculada Concepción (Paseo 101 y Avdas. 4 y Buenos Aires). Deseamos invitar a nuestra familia geselina, amigos, pacientes, alumnos, colegas y a todos los que trajeron a este mundo.
Dios mediante haremos la donación al Hospital y los centros de Salud en fecha a confirmar.

Hemos abierto este blog (http://elinayalfredo.blogspot.com) para quienes por la distancia no puedan acercarse y deseen dejar aquí sus mensajes.

Que Dios los bendiga.
Ramiro y Alejandro
Villa Gesell, Octubre 2008

5 comentarios:

Marce dijo...

Ale y Ramiro, amigos del verano y amigos de la vida. Emociona ver, leer y sentir el amor en todas y cada una de las palabras que refieren a sus papás.
A la pregunta de Fabiana del Pozo acerca de "¿Quién dice que no se muere por amor?" Me permitiría agregar otra: ¿Se puede vivir intensamente y poniendo mucho amor en las pequeñas cosas que uno hace?
Es un hecho que la respuesta a ambas preguntas está en el corazón de la Familia Viale.
Gracias por compartir estas palabras con todos. Dios quiera que las nuestras sacien aunque sea un poquito el dolor que puedan estar pasando, y que a la distancia puedan sentir la fuerza de un abrazo y el calor de un corazón amigo que ha latido muchas veces al mismo ritmo que el de ustedes.

Los quiero mucho, y los tengo siempre presentes.

Marce

Anónimo dijo...

Ra y Ale

Gracias a vosotros conocí a Alfredo y Elina. Fué un placer las pocas horas compartidas, pero me hicieron sentir como en mi casa y eso es raro, hoy en día. Me enteré tarde de la partida de ambos, pero quiero que sepan de corazón que mi familia estará con ustedes el jueves rezando en la distancia. No soy buena con la palabras cuando tengo tocado el corazón, pero no quiero despedirme sin decirle que los quiero mucho.
Desde Madrid, Patricia y familia

Anónimo dijo...

Queridos Alejandro y Ramiro: Siempre recordaré la servicialidad alegre de sus padres. Los acompaño con mi oración desde Bs.As. en este aniversario de su partida. Un abrazo. Luz del verano

Anónimo dijo...

Queridos primos:
Realmente no tengo muchas palabras para agregar, al menos no tengo palabras tan lindas como las que ustedes emplearon para recordar a los tíos.
Aunque tal vez el dolor continúa, me pone muy feliz saber que pueden focalizar su mirada y su recuerdo en las cosas lindas que dejaron Alfredo y Elina en este mundo. Porque en definitiva, esas son las cosas que hacen que su memoria perdure: la ópera, la historia, las manualidades, la buena cocina... En esas pequeñas cosas se hacen presentes los que se fueron. Lo lindo es que uno puede recordar esos momentos compartidos, disfrutarlos, volverlos a disfrutar, reinventarlos.
Estoy de acuerdo en que se puede morir por amor, pero sobre todo en que, para algunos como ellos y como ustedes) la vida está llena de amor. No me cabe duda en que eso no falta en la casa de ningún Viale!!!
A veces cuando pienso en la partida de los tíos, pienso en que Loló debe estar muy feliz de haberse reencontrado con ellos.
Los quiero mucho!!
Caro

Anónimo dijo...

queridos chicos,quizas uds. no me conozcan, yo conocí a sus padres, primero como vecinos, luego trabajando juntos en Cruz Roja, más tarde su papá me asistió cuando nació mi segundo hijo, también fuí paciente de ellos y la Dra. Elina atendía a mis padres por Pami. Demás está decirles el aprecio que tenemos por ellos y tambien por Uds.que conocemos de pequeños cuando vivian en el puentecito, aquí cerca de casa. No solo curaban nuestras nanas, también sabían curarnos el alma. Mi madre hace varios años que está inválida y Ramiro vino con Elina en vísperas de noche buena a traerle un angelito y bendiciones para toda la familia después de haber estado muchas horas en su consultorio, pero el amor y la dedicación para con sus pacientes podía más que el cansancio. tengo tantos recuerdos de ellos, cuando tu viejo pasaba horas y horas en la carpa de Cruz roja para la fiesta de la raza, cuando nos dió el curso de parto en emergencia y yo me desmayé, cuando volví en sí Alfredo dijo- esto es lo peor que les puede pasar, tener a alguien pariendo y una tonta al lado que se desmaya. Muchas, muchas cosas que recuerdo que me parece fue ayer. Ojalá muchos de nosotros que andamos por este mundo, dejemos la huella que ellos dejaron, porque como dice la canción -no es lo mismo que vivir, honrar la vida. Me gustaría proponerles que vean la posibilidad de ponerle el nombre de Elina y Alfredo a la plaza que está frente a la casa, que plantemos muchos árboles, flores y una imagen de María,que les parece? También quiero que se consideren de nuestra familia, así los sentimos.Un abrazo grande.Marcela.